Acerca del proyecto

Bacalar es una pequeña ciudad situada al sur del estado de Quintana Roo, a orillas de la bellísima laguna del mismo nombre. Para proteger a la población de los constantes ataques de piratas y contrabandistas de palo de tinte, a principios del siglo XVIII se construyó el fuerte de San Felipe. El museo narra, de manera didáctica, la historia del sitio desde la época prehispánica hasta principios del siglo XX, con énfasis en el desarrollo de la navegación entre los siglos XVI al XIX, la piratería en el Caribe y la prolongada Guerra de Castas.

La exposición está instalada en el que fuera el cuartel del fuerte, que cuenta con un amplio salón de planta rectangular, más dos pequeñas salas ubicadas a uno de sus costados. El salón está dominado por un mural que abarca la totalidad del muro largo opuesto al de acceso. En anteriores intervenciones las paredes interiores de este espacio fueron demolidas y sustituidas por columnas y trabes, sin embargo, la posición irregular de las columnas, desplantadas conforme a la distribución original de los muros, le conferían al salón un aspecto desordenado.

Para organizar la exposición, estructurar el espacio e integrar el mural a la exhibición permitiendo su apreciación con las menores interferencias posibles, se construyó una gran plataforma centrada a lo largo del salón sobre la que se exhiben los objetos, se incorporaron “columnas” de vidrio que junto a las de carga establecen ejes constructivos ordenados y, a manera de plafón, se montó una ligera estructura metálica con velarías blancas, separada de las paredes y soportada por las columnas existentes que, en contraste con las de vidrio, se recubrieron con placas de acero. Esta estructura enfatiza los ejes constructivos y aloja los equipos de ventilación y de alumbrado. Las dos salas laterales se diseñaron con criterios similares, mientras que en el extremo opuesto del salón, bajo un piso de vidrio transitable, se revela parte de la cimentación de los muros originales.

La vigorosa presencia del mural, el aspecto monolítico de la plataforma y la solidez de las columnas de acero, contrastan con la transparencia del vidrio, la ligereza de la estructura del plafón y el ambiente marino insinuado por las velarías, conformando una museografía de carácter unitario que confiere a la exposición una atmósfera acorde con el fuerte y su espectacular entorno.